martes, 4 de noviembre de 2008

RELACIÓN DE PLANIFICACIÓN Y EL PRESUPUESTO EN EL SECTOR PÚBLICO

Tanto la planificación como el presupuesto son instrumentos que son iguales de útiles en organismos gubernamentales y privados.
Antes de hacer un estudio en cuanto a su relación, es necesario referirse al proceso que debe servir de marco de informe para que así éstas puedan ser programadas y ejecutadas con objetivos claros y viables.
No obstante cabe destacar que existe una diversidad de conceptos relacionados con la planificación y el presupuesto, por lo tanto solo se hará referencia de ello de manera introductoria.
De tal forma se puede establecer que el presupuesto es un acto de gobierno por el cual se prevén los ingresos y gastos y se autorizan por un periodo futuro determinado, el cual es de un año, es decir, el presupuesto constituye un instrumento (materializado en un documento), teniendo así éste documento carácter exclusivamente informativo, tal como lo establece el primer aparte del articulo 2 de la Ley Orgánica del Régimen Presupuestario, en donde se refleja la autorización de los montos de gasto público que serán ejecutados en un año y la estimación de los ingresos que se recaudaran para cubrir tales montos.
La estimación de los ingresos y gastos reflejados en el presupuesto obedece a una política de gobierno, por lo que se puede establecer que no son montos que surgen sin razón de ser, más bien persiguen un logro. De allí la relación entre estos dos, ya que mediante la planificación los órganos del estado definen sus objetivos, políticas y acciones para un periodo determinado y el presupuesto sirve como instrumento a éste proceso de planificación al estimar los montos que le serán necesarios ejecutar para cumplir con los objetivos trazados.
Cabe también aclarar que el monto del presupuesto de gastos no podrá exceder el total del presupuesto de ingresos, así se refleja en el artículo 3 de la Ley Orgánica del Régimen Presupuestario,
Planificar es en consecuencia, un proceso de virtud se transforma en actividad: se coordinan, se prevén hechos, se proyectan tendencias. Es la fijación concreta de metas a la conducta de un plazo determinado, y la asignación precisa de medios en función de los objetivos planteados.
Entonces la planificación queda definida por la acción de coordinar, prever, anticiparse al futuro, determinar una conducta a seguir, entre otras.
Por lo que se puede concluir que en la planificación se coordinan objetivos, se prevén hechos, se proyectan tendencias, implica además del diagnostico, la tarea de planificar el futuro.
Otro punto muy importante en cuanto a las pautas que se deben considerar en la planificación es que es necesario establecer prioridades y aplicar selectivamente los recursos.
El presupuesto es una herramienta política, es un instrumento de administración, debe realizar acciones específicas para coordinar, ejecutar y controlar los planes y programas.
En síntesis, el presupuesto es el mejor instrumento para determinar la política financiera que ha de seguir el país, pues todas las decisiones del gobierno tienen consecuencia financiera y estas, a su vez, influyen en todas las ramas de la economía.
Dentro de los fundamentos constitucionales del presupuesto el titulo VI en el capitulo II sección Primera de régimen presupuestario en los artículos 311 al 315 inclusive en donde se fija las bases o fundamentos de las instituciones presupuestarias y de ellas se pueden extraer los siguientes aspectos:
El gobierno debe formular anualmente el presupuesto de rentas y ser presentado en la oportunidad que señale la ley dentro del plazo establecido legalmente.
No se hará ningún tipo de gastos que no haya sido previsto en la ley de presupuesto. Solo podrán decretarse créditos adicionales para gastos necesarios siempre que el tesoro nacional cuente con recursos.
Se establecerá para cada crédito presupuestario el objetivo específico a que esté dirigido, los resultados concretos que se espera obtener y los funcionarios públicos responsables para el logro de tales resultados.
Se conocen también 2 tipos de planificación: la Estratégica y la operativa.
Entendiendo a la Planificación Estratégica como el esfuerzo sistematizado para encaminar acciones y decisiones que pauten la forma de alcanzar metas propuestas a partir de una situación dada.
Es el proceso de análisis elaborado y aplicado, de procesos y de actividades para proporcionar una futura dirección organizativa y lograr la misión, los objetivos y el sueño de una organización.
En este sentido se puede decir que la planificación estratégica se diseña para alcanzar los objetivos de la organización a largo plazo; para que una estrategia sea útil debe ser consistente con los objetivos organizacionales.
La Planificación Estratégica busca salidas, vías para aprovechar nuevas oportunidades. Por eso se convierte en un medio adecuado para adoptar decisiones políticas ya que:

- facilita la concertación de acuerdos previos con los agentes sociales y económicos antes de la definición de medidas concretas
- permite mayor comunicación y participación
- ordena las decisiones a tomar
- permite una mejor implementación de las decisiones tomadas.

El Plan Estratégico surge como producto de un proceso, resulta una herramienta que:
- clarifica el futuro
- ayuda a la toma de decisiones presentes en función de futuras consecuencias
- conduce con eficacia los cambios de entorno y de circunstancias
- tiende a la superación de problemas organizativos y a la mejora del funcionamiento.
Mucha gente se plantea la planificación estratégica como la elaboración de una larga lista de «problemas» que hay que resolver. Entonces se evalúa la prioridad de estos problemas y se proponen soluciones.
En cuanto a la planificación operativa, ésta consiste en formular planes a corto plazo que pongan de relieve las diversas partes de la organización.
Por otro lado debe hacerse notar que ni la planificación estratégica ni la operativa es un esfuerzo ocasional si se quiere que sea efectiva y logre los resultados deseados. Más bien es un círculo continuo.
Para culminar debo plasmar en estas líneas que a pesar que existe en Venezuela leyes en donde se establecen procedimientos y pautas para la planificación y el presupuesto, para todos los sectores del estado para garantizar y cubrir las necesidades básicas de cada uno de estos, así como el conjunto de bienes materiales de que disponen los que manejan las instituciones políticas, como lo son el ejecutivo nacional conjuntamente con el ministerio de planificación y presupuesto para atender las necesidades colectivas de los diversos sectores que integran la sociedad, es por lo que en mi criterio la forma de construir, administrar e intervenir en el patrimonio público, conforme a las reglas y normas que así lo determinan ha sufrido por las situaciones políticas, económicas y sociales que atraviesa hoy en día nuestro país, debido a los altos índices de corrupción, de la fuga del presupuesto a otras partidas que no son prioritarias para el colectivo.


Eneida Cumana.
C.I. 13.167.189

lunes, 27 de octubre de 2008

viernes, 24 de octubre de 2008

El Presupuesto

El Presupuesto

Primero que nada es importante tener claro, qué es el presupuesto, su clasificación, alcance, limitantes y los principios que lo rigen y le dan la orientación necesaria para ser coherentes con las realidades que tengan que manejar.

Se podría en este punto citar un montón de autores y conocedores del tema, encontraríamos miles de definiciones, una mas o menos simples que otras o en diccionarios jurídicos o legislaciones y conseguir un significado mas puntual, pero hasta cierto punto es absurdo ya que todos esos conceptos los tenemos al alcance de la mano, así que me parece oportuno dar un concepto mas adaptado a la realidad cotidiana de todos, ya que aun sin darnos cuenta casi todas nuestras actividades llevan anticipadas un presupuesto o planificación previa para poder concebirlas de forma que no obstaculicen el bienestar o desarrollo normal de nuestra vida, es tonto pensar que solo aquellas personas dedican de una u otra manera su vida al tema económico o jurídico son las que se enfrentan al manejo de presupuestos.

Se dice que el presupuesto es la materialización de un pretexto para que se ejecute algo, donde existe un computo anticipado que conste de una obra o de los gastos o rentas…si quiere enfocarse desde una óptica mas sencilla, es la cantidad de dinero calculada para hacer frente a los gastos de la vida cotidiana.

Seria oportuno decir entonces, que el presupuesto no es otra cosa que aquella actividad que motivada por una planificación anticipada de una necesidad eminente y real, que demanda una solución a corto y/o largo plazo, esto lo podemos constatar en el núcleo familiar, en las empresas y evidentemente en el manejo de los recursos nacionales.






¿Por qué familiar?

Porque al hacer el mercado, al comprar los útiles de los niños o pagar las facturas de los gastos básicos de la casa se debe tener una planificación minima y una organización económica para no crear caos y poder satisfacer cada una de estas necesidades sin afectar el equilibrio o balance de la armonía familiar. Así mismo, se lograría evidenciar el como de manera instintiva cualquier persona toma el procedimiento básico para crear un presupuesto, ya que la planificación va dirigida a conseguir un fin determinado, dentro de un lapso concreto y con un control regular, y en la mayoría de los casos es de manera automática y repetitiva, de manera que puede considerarse una ley o norma para los integrantes de la familia, pasos que son manejados en mayor grado por lo economistas para realizar los presupuestos de grandes empresas, consorcios, corporaciones o demás entes.


¿Por qué empresarial?

Porque es necesaria y hasta indispensable una estimación de los gastos e ingresos que realizara la empresa en un periodo de tiempo determinado, para poder llevar un control y guía, no solo de lo que se hace sino de lo que se debe hacer y de las metas a alcanzar a corto o largo plazo. Dentro del presupuesto general de las empresas se incluyen diversos apartados correspondientes a los supuestos específicos de las diferentes secciones como compras, producción, publicidad, ventas, entre otras.

Así que efectivamente el presupuesto es un mecanismo de resguardo y minima organización que cualquier tipo de empresa sin importar su alcance o magnitud debe realizar para de desenvolverse de una manera eficaz y eficiente.


¿Por qué Nacional?

Porque evidentemente el desenvolvimiento de los planes de desarrollo que tenga cualquier país se fundamenta en el manejo adecuado de sus recursos, y que para que esto sea factible debe hacerse con una previa planificación y mediante un instrumento con carácter de ley, un documento contable de excepcional importancia, es decir, un presupuesto equilibrado en que los gastos e ingresos del Estado durante un periodo de tiempo sea iguales, sin enajenarse de la inversiones.



Principios Presupuestarios.

Los principios que rigen el desarrollo presupuestario son extensos y aportan una gran cantidad de características que de ser aplicados en la realidad nos darían una receta mágica para el funcionamiento ideal del país, pero como no podemos dejarnos abatir por la irónica realidad, debemos tocar los principios legales que nos aporta la legislación.

Equilibrio presupuestario.
Programación.
Universalidad.
Exclusividad.
Unidad.
Acuosidad.
Periodicidad.
Flexibilidad.
Continuidad.
Claridad.
Especialización Cualitativa.
Especialización Cuantitativa.
Publicidad.


Sus enunciados son muy claros, nos inducen a lo que hacen referencia, en como debe existir igualdad, o si se quiere equilibrio entre los gastos y los ingresos del país, en la necesaria planificación para lograr su desarrollo, tomando en cuenta tanto los objetivos o directrices a seguir y los elementos necesarios para poder concretar dichos objetivos, incluyendo efectivamente los recursos humanos, en que todo aquello que sea materia de presupuesto, debe ser incluido en él.
Otro punto es el que debe existir un solo presupuesto cada función y todos los que aplican deben estar debidamente coordinados. Es evidente en que debe ser realizado para un periodo de tiempo determinado y en nuestro caso un lapso anual. Una innovación en materia presupuestaria es el Principio de Flexibilidad, donde se permite el hecho de modificar en un caso concreto los fines de la Nación para cubrir otros que en un determinado caso sea de mas importancia que el planteado inicialmente, de la misma manera se debe presentar de una manera sencilla y que sea comprensible para cualquier ciudadano que este interesado en conocer la utilización de los recursos del Estado. Al referirnos al principio de Especialización Cualitativa solo queremos decir que los recursos asignados para un objetivo en concreto solo deben ser utilizados para eso.
Como todo lo relativo a las tareas gubernamentales deben tener un carácter público ya que le compete a toda la ciudadanía y esta en su carácter de contralora debe tener conocimiento del manejo de los recursos estadales.

Es importante manifestar que la Participación ciudadana juega un papel fundamental para el real cumplimiento de los presupuestos sin importar el nivel del mismo, aunque es necesario señalar que la participación debe darse solo al momento de planificación y control del cumplimiento de los objetivos pautados pero jamás en la ejecución de los mismos.




Es oportuno señalar que el control esta íntimamente vinculado al presupuesto y a su eficaz acatamiento, ya que representa el ojo visor que supervisa, fiscaliza y constata el cumplimiento de los objetivos planteados.
Hay que tener claro que todo presupuesto esta a cargo de una persona determinada que es la responsable por su desenvolvimiento y en caso de algún error, malversación o falla esa persona debe rendir cuentas por lo ejecutado.

El presupuesto en general esta constituido por varias fases, la planificación, donde se debe tener claro a donde se quiere llegar, que objetivos se quieren cumplir y a que ritmo debe hacerse, de la misma manera se deben tomar en cuenta todos factores que influyen en ese trayecto, la materia prima, el factor humano y todo lo que implique el proceso adecuado, y por ultimo se podría señalar al control como agente de presión para que el presupuesto se lleve a cabo de la manera adecuada.

Es propio mencionar que el presupuesto es una herramienta que todas las personas en su grado, ya sea en su vida como particulares o como gobernantes o asesores deben planificar con anticipación las tareas que tienen como meta a corto o largo plazo.





Abg. Gabriella Ghiselli
C.I 16.934.363

LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN EL PROCESO DE PLANIFICACIÓN Y PRESUPUESTO

DENTRO DE LA GESTIÓN PÚBLICA

En Venezuela, la planificación y el proceso de elaboración presupuestaria dentro de la gestión pública ha sufrido en los últimos años un proceso de transformación metodológica; antes de la aprobación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en el año de 1999, la planificación se llevaba a cabo por técnicos profesionales, bajo la dirección exclusiva de las administraciones públicas, sin considerar la realidad ni la participación de las comunidades. El interés en la planificación en el sector público ha surgido con gran fuerza por muchas razones, hoy en día, la consulta pública se considera una parte del proceso que debe relacionarse con las necesidades de la comunidad y con las organizaciones responsables de la ejecución de la estrategia.

En el sector público, frecuentemente las metas son ambiguas y conflictivas, de allí que la evaluación de alternativas resulta difícil; las organizaciones públicas deben responder a los puntos de vista e intereses de las autoridades políticas y de la comunidad general.. La definición y puesta en práctica de las estrategias en el sector público requieren que el proceso de planificación sea ejecutado por un equipo formado por actores diversos. Las partes interesadas deben involucrarse por lo menos al formular las metas, al evaluar las opciones y al definir el proceso de ejecución y los instrumentos.

La aprobación de distintos instrumentos legales le han dado al proceso de planificación en el país, un carácter prioritario, pues además de ser considerado política de Estado, el mismo constituye un amplio sistema donde convergen actores que desde diversas perspectivas plantean sus ideas y priorizan sus necesidades en función de determinar las acciones a ser ejecutadas por los órganos del Estado. El Sistema Nacional de Planificación Participativa, constituye un proceso que integra la Planificación de las Políticas Públicas, activando la participación de los ciudadanos a través de un conjunto de normas, procedimientos, métodos, criterios de evaluación y contraloría social, cuya estructura está perfectamente establecida en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en la Ley de los Consejos Estadales de Planificación y Coordinación de Políticas Públicas, en la Ley de los Consejo Locales de Planificación Pública, en la Ley de los Consejos Comunales, entre otros instrumentos legales.

Ahora bien, se ha definido participación como el mecanismo o proceso a través del cual los ciudadanos intervienen, individual o colectivamente, en las instancias de toma de decisiones sobre asuntos públicos que le afectan en lo político, social, educativo, ambiental, deportivo y en todos los órdenes atinentes a su espacio. Esa intervención de la ciudadanía en lo público, puede y debe darse en cualquier nivel gubernamental y en cualquiera de sus fases.

Impulsar y fortalecer el llamado Poder Popular, ha sido un elemento estratégico a la hora de lograr el apoyo de los ciudadanos a la gestión del Gobierno Bolivariano, efectivamente, llevar a conocimiento de los ciudadanos y considerar sus opiniones, facilita el cumplimiento de los objetivos de la planificación de la gestión pública, pues indudablemente esto permite tomar decisiones más acertadas, reducir la incertidumbre, dar direccionalidad y sentido a la gestión, evaluar la gestión, aumentar la eficiencia y la eficacia, promover la participación, y ante todo eliminar la improvisación, ya que los presupuestos no se discuten desde espacios cerrados, sino con propuestas viables y criterios técnicos, administrativos y legales, discutidos desde las mismas comunidades, de manera que el pueblo mismo decida sus prioridades y necesidades. Evaluar el éxito o fracaso de esta política de planificación, requiere considerar diversas circunstancias, sin embargo, aún cuando se pudieran encontrar casos donde la participación no ha tenido el efecto esperado y se continúan aplicando decisiones arbitrarias contrarias a las necesidades de las comunidades, resulta innegable el avance obtenido en esta materia, pues distinto a lo que pudiera considerarse, la participación ciudadana en el proceso de planificación de la gestión pública es un modelo de alcance mundial ya experimentado en otros países, donde ha resultado altamente exitoso.

Nos encontramos en una realidad distinta a la de hace diez años, los ciudadanos han asumido su rol protagónico, y si bien es necesario impulsar y brindar más herramientas para facilitar su inclusión, es importante igualmente tomar conciencia de este compromiso colectivo participando activamente, pues es común observar la apatía aún presente en muchos ciudadanos, que eluden esta responsabilidad y se someten a la voluntad de terceros, dejando la toma de decisiones en manos de quienes no conocen su realidad.

En el marco de ese proceso de planificación, el presupuesto público, requiere especial atención, considerando la importancia que la estimación de los ingresos y gastos tiene, para la ejecución en un corto plazo de las estrategias y acciones que permitan dar cumplimiento a objetivos claramente definidos para alcanzar paulatinamente lo previsto en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, como instrumento de planificación en el largo plazo. Establecer metas específicas para un período de un año, previendo los ingresos a obtener y los gastos en los cuales se incurrirá, requiere contar con el mayor apoyo de las comunidades, pues la distribución y uso de los fondos públicos debiera estar determinada por la voluntad de los ciudadanos. Como parte de ese proceso de participación ciudadana impulsado en Venezuela, ya se conocen experiencias de los denominados “Presupuestos Participativos”, consultas directas a los ciudadanos, quienes plantean sus prioridades en función de los ingresos estimados previamente conocidos, sin embargo, es preciso señalar, que si bien es un paso importante, no es menos cierto que la planificación y la formulación y ejecución presupuestaria, continua teniendo serias limitantes en cuanto a su efectividad, pues es una realidad que para las estimaciones presupuestarias se siguen empleando métodos basados en incrementos porcentuales sin ningún criterio de planificación confiable, es decir, aún se elaboran presupuestos tomando como base el presupuesto anterior ajustándolo sobre una base porcentual establecida.

La participación significa tomar el poder, para que la gente lo ejerza en la construcción de su propio camino, participación es presencia y acción de la ciudadanía en los niveles de planificación, decisión, ejecución y control de políticas públicas. Aquí, como en otros países y sociedades donde se entiende que no es suficiente la democracia representativa (que no es suficiente con elegir representantes que actúen en nombre del pueblo), son los mismos ciudadanos quienes se incorporan de manera directa a la atención de lo público; no obstante, los ciudadanos no dejan de elegir a funcionarios y representantes, la diferencia está en que no los dejan solos, ellos actuarán orientados y controlados por el pueblo al cual sirven. El mandante participa ahora en la planificación de lo público, en la legislación que rige, en la ejecución de las políticas y servicios, y en el control directo de la gestión, de manera que la participación en Venezuela no debe ser letra muerta, palabra para discurso, o mera utopía; debe ser fundamentalmente una garantía para el funcionamiento eficiente de las instituciones, en fin para el fortalecimiento de la democracia.

En principio, la información es fundamental para saber qué hacer y cómo hacerlo; los ciudadanos tienen que tener conocimiento sobre lo que ocurre, lo que se hace o debería hacerse y, por supuesto, sobre cuáles son los órganos de gobierno que tienen la responsabilidad de actuar, a los efectos de saber a dónde dirigirse. Un ciudadano bien informado es un mejor ciudadano, y tendrá la herramienta necesaria para ejercer su ciudadanía. El Estado, obligado como está a promover la participación ciudadana, tiene la obligación de informar bien, objetiva y oportunamente.

La participación, tal como la entendemos en Venezuela, debe ser activa, consciente, libre y responsable, así como eficaz. La participación sólo puede entenderse como un acto libre y responsable de la ciudadanía, ella es activa, porque requiere que el ciudadano se inserte en la tarea común de la conducción de lo público, conjuntamente con los funcionarios elegidos o designados. La participación es consciente, libre y responsable, porque no es movida por otros, sino por el propio ciudadano quien, con consciencia de su responsabilidad, asume su posición. Los ciudadanos no deben esperar que todo llegue solo y que otros se ocupen de hacerlo. Es bueno reconocer que no todos estamos igualmente dispuestos a participar, hay gente que nunca participa, que no le gusta o que no quiere, así como hay otros que parecieran vivir para la participación, que la buscan y la necesitan como el pez al agua. La participación es eficaz si la inserción del ciudadano en la toma de decisiones logra resultados positivos, mayor satisfacción y realización.

Todas las consideraciones expuestas, nos dan base para afirmar que definitivamente el éxito de una gestión o mejor aún, el desarrollo de un país, indudablemente dependerán de la voluntad de los ciudadanos de intervenir en los asuntos públicos, la planificación como proceso para la toma de decisiones en el sector público y la formulación y ejecución presupuestaria, requiere necesariamente involucrar a todos los sectores, la realidad planteada directamente por quienes la viven, permitirá ejecución de políticas más acertadas, ajustadas a las necesidades colectivas y no a intereses individuales, de ahí que está en los ciudadanos tomar la iniciativa, aún con algunas deficiencias y delimitaciones prácticas, ya existen herramientas y condiciones que facilitan y dan cabida a la participación ciudadana en la gestión pública, es cuestión de incorporarnos activamente, de manera de ejercer un derecho y al mismo tiempo cumplir un deber, que nos permitirá avanzar hacia un Estado donde verdaderamente los ciudadanos sean el centro del poder.

Abg. Carolina Andrade Moreno

C.I. Nº 14.328.067


YSBELYANIS RIVAS
C.I v- 15.174.910

PRESUPUESTO PUBLICO

NOCIONES GENERALES.
La planificación del desarrollo económico y social constituye una de las responsabilidades fundamentales del sector público; el sistema de planificación está constituido por diversos instrumentos, cada uno de los cuales cumple una función especifica, complementaria por los demás; y que, dentro de ellos, al Plan Anual Operativo le corresponde la concreción de los planes de largo y mediano plazo. Uno de los componentes del Plan Operativo Anual es el Presupuesto del Sector Público, a través del cual se procura la definición concreta y la materialización de los objetivos de dicho sector. La concepción moderna del presupuesto está sustentado en el carácter de integridad de la técnica financiera, ya que el presupuesto no sólo es concebido como una mera expresión financiera del plan de gobierno, sino como una expresión más amplia pues constituye un instrumento del sistema de planificación, que refleja un a política presupuestaria única.


Es importante hablar de la definición del Presupuesto Publico, antes de entrar al punto que nos interesa exponer que se refiere al presupuesto por proyecto.
El presupuesto es posiblemente el documento de mayor trascendencia para las
Administraciones Públicas. Esta importancia procede de su naturaleza plural. Por una parte es un documento jurídico que autoriza y vincula a las Administraciones para la realización de los gastos y los ingresos con los que cumplir con las funciones decididas por la sociedad, y que se pueden concretar en las tradicionalmente atribuidas al sector público (intervención en la vida económica; prestación de bienes públicos; asignación y redistribución de la riqueza). Por otra, el presupuesto constituye la técnica de gestión más potente de la que disponen las Administraciones, toda vez que proporciona una información muy valiosa para la mayor eficiencia y eficacia en el cumplimiento de esas funciones. De igual manera, constituye una garantía para los administrados, por cuanto la actividad de la Administración se dirige hacia finalidades concretas y conocidas, y está sometida a control.
Por último, el presupuesto tiene en el caso de los entes públicos, una importante significación jurídica.
Al ser el presupuesto un acto derivado del poder legislativo, adquiere forma de ley; se torna pues en un acto legislativo mediante el cual se autoriza el montante máximo de los gastos que puede realizar el ejecutivo, y las vías de financiación de los mismos, durante un periodo de tiempo determinado.
Por tanto, el presupuesto se convierte en una autorización normativa que obliga al Ejecutivo a realizar únicamente los gastos en él previstos. Ahora bien, respecto a los ingresos los mismos no tienen carácter limitativo sino que se autoriza una estimación de lo que se prevé recaudar para financiar los gastos.
En cuanto a la naturaleza jurídica de la Ley de presupuestos, la controversia acerca de si dicha ley debía considerarse ley formal (revisten forma de ley por provenir del Ejecutivo, pero no contienen verdaderas normas jurídicas) o ley material (es decir, se trata de una auténtica norma jurídica) en la actualidad ha perdido importancia, de modo que para unos es una ley ordinaria y para otros una ley ordinaria con un procedimiento legislativo específico de tramitación.
A este respecto debe señalarse que el Presupuesto tiene la consideración plena de Ley si bien con ciertas peculiaridades; más aún, disfruta de reserva absoluta de ley, por lo que en este campo no cabría el decreto-ley, ni siquiera el decreto legislativo.

Tras abordar el concepto de presupuesto, así como sus aspectos fundamentales pasaremos a continuación a examinar los principios presupuestarios.

PRINCIPIOS PRESUPUESTARIOS.
Con la expresión “principios presupuestarios” nos estamos refiriendo a una serie de reglas que resumen la disciplina de la institución presupuestaria y cuyo respeto asegura el cumplimiento de la finalidad básica de dicha institución: permitir el control parlamentario del proceso de asignación de los recursos públicos así como la correspondencia entre dicha asignación y su ejecución.
Las clasificaciones tradicionales de los principios que rigen los presupuestos municipales distinguen entre principios políticos, contables y económicos.
Estos principios están encaminados a conseguir el máximo control del ejecutivo. De este modo, para controlar la autorización presupuestaria del Legislativo al Ejecutivo, las normas constitucionales establecen una serie de principios que deben informar el proceso presupuestario.
La formulación y ejecución del presupuesto debe estar fundamentado en los siguientes principios:

· Programación: Se desprende de la propia naturaleza del presupuesto y sostiene que éste -el presupuesto- debe tener el contenido y la forma de la programación.
Contenido: establece que deben estar todos los elementos que permitan la definición y la adopción de los objetivos prioritarios. El grado de aplicación no está dado por ninguno de los extremos, pues no existe un presupuesto que carezca completamente de una base programática, así como tampoco existe uno en el que se hubiese conseguido la total aplicación de la técnica.
Forma: en cuanto a la forma, con él deben explicitarse todo los elementos de la programación, es decir, se deben señalar los objetivos adoptados, las acciones necesarias a efectuarse para lograr esos objetivos; los recursos humanos, materiales y servicios de terceros que demanden esas acciones así como los recursos monetarios necesarios que demanden esos recursos. Respecto de la forma mediante este principio se sostiene que deben contemplarse todos los elementos que integran el concepto de programación. Es decir, que deben expresarse claramente los objetivos concretos adoptados, el conjunto de acciones necesarias para alcanzar dichos objetivos, los recursos humanos, materiales y otros servicios que demanden dichas acciones y para cuya movilización se requieren determinados recursos monetarios, aspecto este último que determina los créditos presupuestarios necesarios.
· Equilibrio Presupuestario: este principio se refiere esencialmente al aspecto financiero del presupuesto aún cuando éste depende en último término de los objetivos que se adopten; de la técnica que se utilice en la combinación de factores para la producción de los bienes y servicios de origen estatal; de las políticas de salarios y de precios y en consecuencia, también del grado de estabilidad de la economía. La regla de oro de la hacienda clásica, el cual se basa en que deben coincidir los ingresos y los gastos públicos del presupuesto. Tiene por objeto limitar la participación pública en el mercado, pues ello ocasionaría una intromisión en la economía privada y una disminución de la riqueza y capacidad económica de los ciudadanos.
· Universalidad: dentro de este postulado se sustenta la necesidad de que aquello que constituye materia del presupuesto debe ser incorporado en él. Naturalmente que la amplitud de este principio depende del concepto que se tenga de presupuesto. Si este sólo fuera la expresión financiera del programa de gobierno, no cabría la inclusión de los elementos en términos físicos, con lo cual la programación quedaría truncada. En la concepción tradicional se consideraba que este principio podía exponerse cabalmente bajo la "prohibición" de la existencia de fondos extrapresupuestarios.
Los presupuestos deberán incluir la totalidad de los ingresos y gastos públicos sin minoraciones. En consecuencia, el Ejecutivo únicamente podrá gastar los importes contenidos en el presupuesto. Los ingresos tienen, no obstante, carácter estimativo y no vinculan al Gobierno en su cuantía. Esto significa que todos los ingresos previstos y gastos que vayan a ser reconocidos durante el ejercicio han de figurar en el presupuesto, sin que pueda existir previa compensación entre ellos. Su la finalidad es obtener una información completa y global de toda la actividad económica del municipio para, a partir de ella, controlar la actividad de los gobernantes y de la administración por parte de los ciudadanos, impidiendo simulaciones en relación al volumen del gasto público y de su eficacia.
· Exclusividad: en cierto modo este principio complementa y precisa el postulado de la universalidad, exigiendo que no se incluyan en la ley anual de presupuesto asuntos que no sean inherentes a esta materia. Ambos principios tratan de precisar los límites y preservar la claridad del presupuesto, así como de otros instrumentos jurídicos respetando el ámbito de otras ciencias o técnicas. No obstante, de que en la mayoría de los países existe legislación expresa sobre el principio de exclusividad, en los hechos no siempre se cumplen dichas disposiciones legales.
· Integralidad: en la actualidad, la característica esencial del método de presupuesto por programas, está dado por la integralidad en su concepción y en su aplicación en los hechos. El presupuesto no sería realmente programático si no cumple con las condiciones que imponen los cuatro enfoques de la integralidad. Es decir, que el presupuesto debe ser:
*Un instrumento del sistema de planificación;
*El reflejo de una política presupuestaria única;
*Un proceso debidamente vertebrado; y

*Un instrumento en el que debe aparecer todos los elementos de la programación.
· Unidad: este principio se refiere a la obligatoriedad de que los presupuesto de todas las instituciones del sector público sean elaborados, aprobados, ejecutados y evaluados con plena sujeción a la política presupuestaria única definida y adoptada por la autoridad competente, de acuerdo con la ley, basándose en un solo método y expresándose uniformemente. En otras palabras, es indispensable que el presupuesto de cada entidad se ajuste al principio de unidad, en su contenido, en sus métodos y en su expresión. Es menester que sus políticas de financiamiento, funcionamiento y capitalización sean totalmente complementarias entre sí. Todos los ingresos y gastos públicos se incluirán en un solo presupuesto, prohibiendo la existencia de presupuestos extraordinarios y especiales. Es una consecuencia del principio de universalidad y tiene por objeto facilitar al Legislativo el ejercicio del control presupuestario. El "Estado de consolidación" es el documento en el cual se recogerán todos los gastos e ingresos imputables directa e indirectamente al Ente , reflejando unitariamente su actividad económica.
· Acuosidad: para el cumplimiento de esta norma es imprescindible la presencia de las siguientes condiciones básicas en las diversas etapas del proceso presupuestario:
* Profundidad, sistema y organicidad en la labor técnica, en la toma de decisiones, en la realización de acciones y en la formación y presentación del juicio sobre unas y otras, y
* Sinceridad, honestidad y precisión en la adopción de los objetivos y fijación de los correspondientes medios; en el proceso de su concreción o utilización; y en la evaluación de nivel del cumplimiento de los fines, del grado de racionalidad en la aplicación de los medios y de las causas de posibles desviaciones.
En otras palabras, este principio implica que se debe tender a la fijación de objetivos posibles de alcanzar, altamente complementarios entre sí y que tengan la más alta prioridad.
· Peridiciosidad: este principio tiene su fundamento, por un lado, en la característica dinámica de la acción estatal y de la realidad global del país, y, por otra parte, en la misma naturaleza del presupuesto. A través de este principio se procura la armonización de dos posiciones extremas, adoptando un período presupuestario que no sea tan amplio que imposibilite la previsión con cierto grado de minuciosidad, ni tan breve que impida la realización de las correspondientes tareas.
La solución adoptada, en la mayoría de los países es la de considerar al período presupuestario de duración anual. La autorización del presupuesto, ha de tener una vigencia determinada, el denominado ejercicio presupuestario, que en la mayoría de los países coincide con el año natural y transcurrido el cual perderá su valor, salvo que se prorroguen. Como excepción a este principio y por la naturaleza de determinados créditos se prevé la plurianualidad para alguna clase de gastos (ejemplo: las inversiones), o el pago de obligaciones de ejercicios anteriores con cargo al presupuesto corriente.
· Flexibilidad: a través de este principio se sustenta que el presupuesto no adolezca de rigideces que le impidan constituirse en un eficaz instrumento de: Administración, Gobierno y Planificación.
Para lograr la flexibilidad en la ejecución del presupuesto, es necesario remover los factores que obstaculizan una fluida realización de esta etapa presupuestaria, dotando a los niveles administrativos, del poder suficiente para modificar los medios en provecho de los fines prioritarios del Estado.
Según este principio es necesario sino eliminar, por lo menos restringir al máximo los llamados "Recursos Afectados" es decir, las asignaciones con destino específico prefijado.
En resumen, la flexibilidad tiende al cumplimiento esencial del presupuesto, aunque para ello deban modificarse sus detalles.
· Continuidad: se podría pensar que al sostener la vigencia del principio de periocidad se estuviera preconizando verdaderos cortes en el tiempo, de tal suerte que cada presupuesto no tiene relación con los que le antecedieron, ni con los venideros. De ahí que es necesario conjugar la anualidad con la continuidad, por supuesto que con plenos caracteres dinámicos.
Esta norma postula que todas la etapas década ejercicio presupuestario deben apoyarse en los resultados de ejercicios anteriores y tomar, en cuenta las expectativas de ejercicios futuros.
· Claridad: este principio tiene importancia para la eficiencia del presupuesto como instrumento de gobierno, administración y ejecución de los planes de desarrollo socio-económicos. Es esencialmente de carácter formal; si los documentos presupuestarios se expresan de manera ordenada y clara, todas las etapas del proceso pueden ser llevadas a cabo con mayor eficacia.
· Especialidad: El Ejecutivo al aprobar los presupuestos elige una serie de alternativas y los recursos precisos para financiarlas. Incluye las denominadas especialidades presupuestarias con una triple acepción: para un determinado destino (cualitativa); por un determinado importe (cuantitativa) y para un período de tiempo determinado (temporal).
Especialidad cuantitativa. Este principio supone que no puede gastarse mayor cantidad de fondos para una finalidad que aquella que haya sido aprobada.
Especialidad cualitativa. De acuerdo con este principio, los créditos para gastos se destinarán exclusivamente a la finalidad específica para la cual hayan sido autorizados en el Presupuesto o por sus modificaciones (transferencias de créditos...) debidamente aprobadas.
Especialidad temporal. Lleva consigo que los créditos presupuestarios aprobados han de ser ejecutados a lo largo del ejercicio presupuestario, el cual determina su vigencia.

· Publicidad: Los ciudadanos deben tener conocimiento sobre el destino de los recursos que se financian con los tributos que pagan. La publicidad no sólo debe producirse durante el debate de aprobación y con la publicación de la presupuesto aprobado, sino también a lo largo de su gestión. El principio de publicidad del presupuesto se presenta como una garantía del administrado en cuanto exige que las diversas fases del ciclo presupuestario sean públicas, de forma que el ciudadano pueda informarse sobre las decisiones y conductas de sus representantes acerca de la actividad económica. Mediante la publicidad del Presupuesto se permite que los interesados tengan conocimiento de los gastos que se van a acometer en un ejercicio presupuestario y de los recursos disponibles para los mismos.

PRESUPUESTO POR PROGRAMAS.
Los presupuestos son indispensables para la planeación, ya que por medio de ellos se proporciona en forma cuantificada, los elementos que la empresa necesita para el cumplimiento de sus objetivos y determinar de mejor forma la utilización de recursos, así como controlar las actividades.
El trabajo está enfocado al presupuesto por programas y actividades, y se puede definir en pocas palabras como los medios que se van a utilizar para el cumplimiento de dichas funciones.
Un presupuesto por programas debe de contener: Los objetivos, las actividades a desempeñar, así como establecer la cantidad de dinero que se tiene que ocupar para una función específica.
El presupuesto por programas es una herramienta que se utiliza en el sector público, ya que le permite al gobierno, llevar a cabo una planeación, organización, coordinación, dirección y control y es también un instrumento que sirve para tomar decisiones. Cabe recalcar que este también puede ser utilizado por el sector privado.
Al llevar a cabo un presupuesto por programas, se tiene un mejor control y evaluación de cada una de sus partes, y nos permite tener una eficiente racionalización del gasto público.
Este trabajo se enfoca al tema de presupuestos por programas y actividades, la cual abarca desde su origen las ventajas y desventajas de hacer un presupuesto en cualquier entidad.
El Presupuesto por Programas: aparece para dar respuesta a las contradicciones implícitas en el Presupuesto Tradicional y en especial para que el Estado y las instituciones que lo integran dispongan de un instrumento programático que vincule la producción de los bienes y servicios a alcanzar con los objetivos y metas previstas en los planes de desarrollo.
El presupuesto por programas persigue tres objetivos:
- Hacer las cosas mejor.
- Con mayor rapidez.
- Con menor coste.
Ésta presenta el gasto público desagregado en función de los sectores económicos y sociales, donde el mismo tiene su efecto. Persigue facilitar la coordinación entre los planes de desarrollo y el presupuesto gubernamental.
Constituye un proceso integrado de gestión, en el que se analiza la actividad
administrativa en su totalidad, asignándose los recursos entre programas alternativos.
Se caracteriza en que se integra la presupuestación, la programación y la planificación económica, configurándose el presupuesto como la secuencia anual del plan concretado en programas.
El presupuesto por programas se centra en la planificación estratégica del presupuesto, y su propósito final consiste en contribuir a la racionalización de las elecciones del sector público mediante la utilización de técnicas de análisis económico. Es más complejo, ya que no sólo exige una cuidadosa identificación de los objetivos perseguidos, sino además la elaboración de las diferentes alternativas existentes para alcanzarlos y una cuantificación económica de cada una de ellas.

Asimismo, se unen los procesos de elección política y presupuestación, configurando el presupuesto como un instrumento para planificar la política y mejorar la asignación de los recursos. El Presupuesto por programas se desliga de la concepción tradicional del concepto presupuestario. Podemos afirmar que la adopción de este tipo de presupuestación supone la aceptación de unos elementos fundamentales, como los que se indican seguidamente:
a) Los objetivos de gasto. Cada programa es la ordenación de medios de que
disponen los centros gestores en orden a la consecución de sus objetivos.
b) Los programas. Son combinaciones de medios identificables orientados al logro de un determinado objetivo a alcanzar por un centro de gestión.
c) Los indicadores. Son elementos referidos a los objetivos de los programas
presupuestarios que proporcionan informaciones cuantificables. Poseen carácter descriptivo y valorativo.
d) Seguimiento, control y evaluación de los resultados de la gestión. En un sistema de Presupuesto por programas es imprescindible el establecimiento de algún tipo de control referido a la ejecución de los programas y sus resultados finales.
El Presupuesto por programas debe convertirse en un instrumento para la mejora de las fases del ciclo presupuestario:
* En la elaboración, mediante la preparación por el responsable de cada programa de soluciones alternativas en programas plurianuales para cada campo de actividad.
* En la aprobación, presentando la actividad del Estado al Ejecutivo y a los ciudadanos, de modo que puedan conocerse los metas u objetivos a alcanzar y los medios asignados para su consecución.
* En la ejecución, responsabilizando a los gestores de la consecución de los objetivos programados, medibles a través del establecimiento de indicadores de resultados.
* En el control, evaluando su nivel de eficacia y de eficiencia y efectuando las oportunas correcciones de las desviaciones observadas.

El proceso presupuestario por programas se desarrolla siguiendo su ciclo, a través de las siguientes fases sucesivas e integradas. Las tres primeras previas a su ejecución y la última simultánea o posterior:
1ª. Planificación.
2ª. Programación.
3ª. Presupuestación.
4ª. Ejecución.
5ª. Control.
La planificación persigue la búsqueda de un futuro deseado y con tal fin, previo análisis de las alternativas posibles, establece los medios precisos para conseguirlo. El proceso planificador debe ser integral incluyendo a toda la organización, aunque puede desarrollarse en un ámbito temporal o material diferente.
Los resultados alcanzados y la información obtenida, deben servir para mejorar los futuros planes y rectificar en su caso los objetivos, estrategias o acciones.
La programación que es la principal fase, tiene por objeto el establecimiento de los programas de gasto a ejecutar. Determinados los programas.
se asignan los recursos presupuestarios precisos para financiar durante el correspondiente ejercicio presupuestario los medios personales, materiales y financieros necesarios para alcanzar los objetivos programados en dicho período.

Las tres primeras fases, se distinguen por su duración: a largo plazo; a medio plazo y anual. Asimismo, se diferencian por el grado de concreción y duración de sus objetivos: generales o políticos; sectoriales y específicos.

Durante su vigencia se procede a gestionar el presupuesto (ejecución) aprobado, con el fin de alcanzar a través de los medios asignados las metas u objetivos previstos.

El ciclo se cierra con el control y evaluación de las metas u objetivos alcanzados, el cual conforme se ha señalado, sirve para la retroalimentación del sistema, ayudando en base a lo conseguido y sus circunstancias de ejecución a asignar los recursos en los ejercicios futuros.

Por último nos referiremos a la evaluación de los programas; por su naturaleza, ya expuesta anteriormente, el presupuesto por programas es una técnica destinada a asignar los recursos entre fines competitivos por lo que la evaluación se erige como elemento clave e imprescindible.
En conclusión, se puede señalar que el presupuesto por programas, es un nuevo concepto de aplicación de la técnica presupuestal y aunque los resultados obtenidos con su implantación, son más objetivos en los organismos gubernamentales, empresas descentralizadas, entidades estatales, etc. no deja de estar dentro de las entidades privadas.
Por lo que su uso no está limitado, ya que se puede adoptar a cualquier tipo de negocio.
Un presupuesto que utiliza el gobierno se maneja de la siguiente manera: primero plantean cuales son las necesidades o gastos que va a haber en un periodo o tiempo determinado y después investigan como pueden solventar sus gastos y de hecho un presupuesto es eso, ahora, solamente que mediante números o cifras se va a guiar al dirigente de un ente, entendiéndose como ente en este caso a una empresa ya sea pública o privada.

PRESUPUESTO PARTICIPATIVO


PLANIFICACION Y PRESUPUESTO
PRESUPUESTO PARTICIPATIVO


El trabajo que se expone a continuación se refiere a la participación de los ciudadanos en la elaboración del presupuesto municipal como un medio para alcanzar mayor desarrollo a nivel local, ejecutando los proyectos que nacen de las necesidades y propuestas de la comunidad. Se planteará la importancia de la participación y las inquietudes que surgen con respecto a ella, considerando la polarización política imperante en el país y el conjunto de leyes promulgadas recientemente.
Siempre hemos oído decir que el ser humano es un ser social, quiere decir, que no podemos vivir solos. Desde que nacemos dependemos de otros para sobrevivir y sobre esas primeras relaciones vamos construyendo otras a lo largo de nuestra vida y nos incorporamos de esta manera a la sociedad, aprendemos a convivir con los demás, nos adaptamos e integramos de acuerdo a los valores imperantes y las normas socialmente aceptadas por el grupo al que pertenecemos. Tradicionalmente y por muchos años, las personas vivían de manera bastante conformista con la vida que le tocaba vivir, pensando que poco se podía hacer `para cambiar las cosas, sin embargo, las comunidades no son estáticas, las circunstancias van cambiando y se hace necesario reflexionar sobre el rol que podríamos tener cada uno de nosotros en el ámbito social donde nos desenvolvemos; podríamos vernos como participantes activos y transformadores de nuestro entorno social o como meros espectadores de lo que otros decidan acerca de nosotros.
Si optamos por la primera de las alternativas, seguramente nos daremos cuenta de las cosas que requieren ser cambiadas para vivir mejor y que otros, a nuestro alrededor, también se encuentran afectados por los mismos problemas, por tanto, se hace necesario asumir la responsabilidad individual y colectiva que nos corresponde frente a nuestra realidad social, es el momento de unir fuerzas para mejorar las condiciones de vida en beneficio de todos.
Para lograr avanzar en esta dirección es indispensable organizarse en grupos sociales movidos por intereses que sean comunes a todos. En la actualidad, nuestro ordenamiento jurídico plantea reiteradamente la importancia de la participación ciudadana desde el ámbito micro local hasta el ámbito municipal a través de instancias como los Consejos Comunales, Parroquiales y los Consejos Locales de Planificación Pública en consonancia con las nuevas tendencias mundiales en cuanto a políticas públicas se refiere y que colocan como centro del trabajo la preocupación por los ciudadanos, y quien mejor que la propia gente para decir lo que necesitan, lo que los afecta y cuales son sus aspiraciones.
El presupuesto participativo contemplado en la Ley Orgánica del Poder Público Municipal como uno de los medios de participación en la gestión local es un valiosísimo mecanismo para todos los que creen que es posible cambiar la realidad social en que viven y que están dispuestos a asumir un rol más activo discutiendo y decidiendo con los representantes oficiales de la localidad acerca de los aspectos prioritarios en que se deben invertir los recursos municipales.
Esto implica, por supuesto, establecer el procedimiento para que la población tenga la oportunidad de involucrarse para lo cual existe una metodología y normas que deben cumplir las alcaldías para tal fin, sin embargo, creo que eso sólo no es suficiente. Existen una serie de variables más subjetivas, psicológicas y motivacionales que deben ser tomadas en cuenta y que estoy segura influyen en el grado de participación.
Pasaré a realizar algunas reflexiones al respecto:
Hablar de participación es hablar de apertura, por parte de la organización que la quiere practicar, hacia la sociedad. Es necesaria una actitud de “verdadera apertura” hacia todos los sectores de la sociedad, una disposición de oír a todos con sensibilidad para captar sus preocupaciones y sufrimientos, colocando al margen intereses partidistas o ideológicos que siempre conducen a la exclusión de quienes no son del color de turno.
Para favorecer la participación, los facilitadores y técnicos de las alcaldías que interactúan con los miembros de las comunidades en el diagnóstico participativo para la elaboración del presupuesto de inversión del municipio, deben convertirse en auténticos motivadores, es importante que se acerquen a las comunidades con profundo respeto, humildad y con verdadera vocación de servicio, evitando actitudes de prepotencia y suficiencia técnica que colocan una barrera para la comunicación efectiva.
Los Consejos Comunales, uno de los principales centros de participación del pueblo y que están llamados a impulsar el diagnóstico y el presupuesto participativo, están excesivamente politizados hablando en sentido político partidista. De acuerdo a la Ley de los Consejos Comunales, éstos deben registrarse ante la Comisión Local Presidencial del Poder Popular, la cual a su vez depende de la Comisión Nacional Presidencial y que entre sus funciones tiene la orientación y coordinación de los mismos y la tramitación de los recursos técnicos y financieros para la ejecución de proyectos. Esto plantea el problema que si los Consejos Comunales no tienen una orientación oficialista, no tienen vida, y por tanto, se limita la participación ciudadana, la gente se desmotiva ante la imposibilidad de ver satisfechas sus necesidades; basta ver los monumentales actos presidenciales para entregarles recursos, gritando consignas partidistas y todos vestidos de rojo para darnos cuenta la realidad. Muy elocuentes han resultado las palabras del Presidente de la República durante la presente campaña electoral cuando dice que no va a enviar dinero a los gobernadores opositores que ganen elecciones, ese mismo mensaje lo podemos extrapolar a los municipios y a los consejos comunales.
Otro aspecto importante que va en detrimento de la participación es la evidente intención del gobierno de cercenar el proceso de descentralización, consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela del 99 e imponer, en total contradicción con ella, una estructura centralizada.
El Consejo Federal de gobierno como órgano interterritorial que en esencia constituía el enlace de los tres niveles territoriales del poder público, nunca ha funcionado y forma parte del Sistema de Planificación del país conjuntamente con los Consejos Estadales y los Consejos Locales de Planificación Pública. Por tanto, podríamos pensar que la planificación estratégica, de abajo hacia arriba, desde las comunidades hasta el nivel central, no se cumple y que el Plan de Desarrollo Económico y Social tampoco incorpora elementos que provengan de las comunidades, convirtiéndose en un instrumento con objetivos ideológicos más que de desarrollo.
Además, el ya vigente Decreto con rango, valor y fuerza de ley orgánica de creación de la Comisión Central de Planificación, órgano que tendrá la atribución de establecer lineamientos, políticas y planes en concordancia con el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación es otro elemento centralizador que no favorece ni la planificación estratégica, ni participativa, ni corresponsable a pesar que así lo quiere hacer ver en la exposición de motivos, pues desde mi óptica, sólo puedo visualizar la participación, tomada de la mano de la descentralización. Una planificación centralizada, elaborada por especialistas en la materia pero alejados totalmente de las comunidades, difícilmente tomará en cuenta sus necesidades particulares y específicas, su objetivo es el establecimiento de un modelo de Estado socialista que limita la autonomía y hacia allá van dirigidos todos los esfuerzos.
Por supuesto que a nivel municipal los ciudadanos pueden intervenir en la formulación de planes y en la inversión de los recursos a través del presupuesto participativo que en esencia busca descentralizar las decisiones presupuestarias, alejándolas de los técnicos y los políticos, pero aun así, creo que con la ley mencionada, los municipios se van a ver limitados y encasillados dentro del plan nacional pues claramente, en la exposición de motivos dice que “los lineamientos estratégicos, políticas y planes y su naturaleza nacional, orientarán las actuaciones de los estados y los municipios”, indicándonos claramente cual es el espíritu de la ley.
Para concluir, la participación ciudadana en el diagnóstico de sus necesidades, en la toma de decisiones y en la elaboración y ejecución del presupuesto de inversión municipal es un símbolo indiscutible de auténtica democracia, de modernización en cuanto a las nuevas políticas públicas a nivel mundial, sin embargo, existen una serie de amenazas para su implementación real y efectiva como las que hemos expuesto en este artículo y que en gran medida tienen que ver con la orientación del gobierno, la polarización política imperante y la falta de congruencia entre las nuevas leyes y nuestra Carta Magna. Tendremos que esperar como continúan las cosas ante estas inconsistencias. En lo personal creo que la palabra participación es usada de manera demagógica y que el único que “participa, piensa y decide por el bien de todos” es el presidente.

Marianella Bez Oliver
Especialización en Derecho Administrativo.

LA PLANIFICACIÓN Y EL PRESUPUESTO EN EL SECTOR PÚBLICO VENEZOLANO

Es necesario, en este planteamiento hacer referencia a la voluntad del Estado de aplicar la Planificación Estratégica y Democracia Participativa según lo dispuesto en nuestra carta Magna en su artículo 299, que reza textualmente: “El régimen socioeconómico de la República Bolivariana de Venezuela se fundamenta en los principios de justicia social, democratización, eficiencia, libre competencia, protección del ambiente, productividad y solidaridad, a los fines de asegurar el desarrollo humano integral y una existencia digna y provechosa para la colectividad. El Estado conjuntamente con la iniciativa privada promoverá el desarrollo armónico de la economía nacional con el fin de generar fuentes de trabajo, alto valor agregado nacional, elevar el nivel de vida de la población y fortalecer la soberanía económica del país, garantizando la seguridad jurídica, solidez, dinamismo, sustentabilidad, permanencia y equidad del crecimiento de la economía, para garantizar una justa distribución de la riqueza mediante una planificación estratégica, democrática, participativa y de consulta abierta.”

Esta disposición constitucional exige al Estado la búsqueda de iniciativas privadas a la práctica de la planificación estratégica referente a la Democracia y a la participación. Si bien es cierto la Ley Orgánica de Planificación en su artículo 58 dispone: “Se entiende por participación social, el derecho que tienen los sectores sociales de estar debidamente informados, de elaborar propuestas, de identificar prioridades y de recomendar formas de participación que incidan en la construcción, viabilidad y perfectibilidad de la planificación”.

En este sentido pudiéramos hablar de una planificación operacional, que puede ser de corto o mediano plazo, para varios objetivos o para una sola actividad, estableciéndonos claramente lo que vamos a hacer, el orden en que lo haremos, las responsabilidades que cada uno tendremos, los recursos que necesitaremos para hacerlo y el tiempo en que debemos cumplirlo.

Para esto es necesario hacernos las siguientes preguntas:
¿Qué se va a hacer?
¿Por qué se hará?
¿Cuándo se hará cada actividad y en qué orden? Y
¿Con qué recursos humanos y materiales se realizará?

En esta planificación tendremos como referencia un objetivo general del que se disgregarán aquellos objetivos específicos que nos permitan lograr la meta planteada en el objetivo general, en el sector público encontraremos la planificación a corto, mediano y largo plazo, a través de instrumentos en los que mencionaremos los Planes Operativos Anuales (POA), estos planes son a corto plazo los cuales deben lograrse en un lapso de un año, los de mediano plazo aquellos que se ejecutaran en un tiempo no mayor a 6 años, llamado Plan Nacional de Desarrollo y finalmente los planes a largo plazo que son aquellos que requieren para su logro un tiempo mayor a 6 años, los hoy llamados Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación. La Planificación debe contemplar escenarios para ámbitos nacionales, regionales, estadales, municipales y locales.

La relación entre el presupuesto y la planificación según Villegas (1992: 789) lo define señalando que “...el presupuesto es un acto de gobierno mediante el cual se prevén los ingresos y gastos estatales y se autorizan estos últimos para un período futuro determinado, que generalmente es de un año”. Es decir, el presupuesto constituye un instrumento (materializado en un documento) que refleja la autorización de los montos de gasto público que serán ejecutados en un año, y la estimación de los ingresos que se recaudarán para cubrir tales montos.

La estimación de los ingresos y gastos reflejados en el presupuesto obedece a una política de gobierno, no son montos que surgen sin razón de ser, persiguen el logro de un conjunto de finalidades. De allí la relación entre planificación y presupuesto, ya que mediante la planificación los órganos del Estado definen sus objetivos, políticas y acciones para un período determinado, y el presupuesto sirve como instrumento a este proceso de planificación al estimar los montos que serán necesarios ejecutar para llevar esas acciones a la práctica, y programar la obtención de los recursos necesarios. Mientras más estrecha sea esta relación entre planificación y formulación presupuestaria, mayor será la probabilidad de que un gobierno logre los objetivos deseados.

De la naturaleza jurídica del presupuesto se infiere que solo pueden ser ejecutados aquellos gastos que han sido incluidos en la ley presupuestaria, por el concepto y monto que en ella se señala. Aquellos gastos que no se encuentren contemplados en esta ley no pueden ser erogados del Tesoro, a menos que sean autorizados por el Poder Legislativo como una adición al presupuesto inicial; estas adiciones al presupuesto se conocen comúnmente con el nombre de créditos adicionales, y pueden ser solicitadas por el Poder Ejecutivo mientras se ejecuta el presupuesto ya aprobado, justificando su necesidad e indicando de donde provendrán los recursos necesarios para financiarlos.

Para el logro de los objetivos y metas planteados es necesario contar con un presupuesto que nos permita alcanzar lo planificado, de esta manera comenzaríamos hablando del presupuesto público venezolano, una vez que los órganos de gobierno del Estado logran planificar objetivos (a corto, mediano y largo plazo) y diseñar estrategias y acciones para lograrlos, es necesario obtener los recursos que permitirán llevar a cabo lo planificado. En el corto plazo, generalmente un año, se planifican financieramente las acciones a ejecutar (gasto) y los ingresos permitirán su ejecución a través del presupuesto. Con respecto a este tema la Asociación Venezolana de Presupuesto Público señala que la necesidad de proporcionar reformas en la estructura de la administración pública, surgió de igual modo, el imperativo de introducir reformas en la estructura de sistema presupuestario, por cuento el apego a las formas tradicionales de formulación y ejecución del presupuesto en función a las “cosas que un gobierno adquiere”, debía dar paso a un presupuesto moderno que hiciese énfasis en los resultados en términos de objetivos por alcanzar. Por consiguiente, el establecimiento de un sistema de presupuestos por programas y actividades supone una transformación progresiva de la organización financiera, comenzando por las oficinas encargadas de la formulación del presupuesto. Entonces se pudiera decir que el presupuesto debe ser planificado como parte del proceso general de programación del desarrollo económico de la nación. El proceso presupuestario está determinado por el diagnóstico de la situación socio-económica nacional y por aspectos coyunturales no siempre previsibles en los planes. Es decir, el presupuesto tiende a ser (o debería ser) el aspecto central en la presentación e instrumentación de la política económica de cualquier gobierno. La programación presupuestaria, orientada por la planificación de mediano plazo o la operativa anual, debería sustituir el régimen de improvisaciones en la formulación de los presupuestos.

Es importante señalar que todos los presupuestos son planes, pero no todos los planes son presupuestos. El interés del presupuesto reside en el contenido del plan operativo anual, de los programas que se van a incluir y de los recursos (financieros, humanos y materiales) que son necesarios para poner en práctica los programas. Esto luce muy bien en el plano teórico, pero la realidad ha demostrado que los presupuestos del gobierno central y la administración descentralizada del país siempre han estado de espaldas de los llamados planes nacionales de desarrollo.

Actualmente hablamos del Presupuesto por Proyectos el cual es un instrumento para asignar y distribuir los recursos públicos a través de proyectos, a los entes u organismos nacionales, estadales y municipales en función de las políticas y objetivos estratégicos de la Nación, expresados en los respectivos Planes Anuales; además coordinar, controlar y evaluar su ejecución.

Su basamento legal lo encontramos en el Artículo 2 del Reglamento N° 1 de la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público: Sobre el sistema presupuestario, que establece: “Los órganos y entes sujetos a la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público, formularán y aplicarán la técnica de elaboración del presupuesto por Proyectos y Acciones Centralizadas, entendidas estas como las categorías presupuestarias de mayor nivel y por acciones especificas como categorías de menor nivel. Esta técnica se aplicará en las restantes etapas o fases del proceso presupuestario, de conformidad con las instrucciones que al efecto dicte la Oficina Nacional de Presupuesto, la cual podrá crear de oficio o autorizar a solicitud de los órganos o entes, categorías presupuestarias equivalentes a las señaladas en este artículo.”

El Presupuesto por Proyecto proporciona una mejor y mayor vinculación Plan–Presupuesto:
• Simplifica la estructura presupuestaria.
• Permite visualizar y analizar las variables requeridas para la toma de decisión en todas las etapas del proceso presupuestario.
• Facilita la gestión pública en función de las políticas y objetivos estratégicos de la Nación.
• Permite una mejor evaluación y control del presupuesto.
• Concibe al proyecto como el punto focal del proceso presupuestario a fin de satisfacer las necesidades de la colectividad.

La concepción de contar con instrumentos orientadores y de operación plantea la demanda de un nuevo tipo de gobierno, de empresa privada, de instituciones y de sociedad civil y sin duda de un nuevo individuo con una conciencia diferente. En este sentido es lógico el apresuramiento para encontrar las formulas mágicas adecuadas para que tales requerimientos se cumplan.
Lógicamente que en una economía tan vulnerable como la nuestra, se producen efectos en la economía que se cuantifican con algunas variables macroeconómicas, tales como:
· La demanda efectiva pública y la demanda agregada interna de origen fiscal, para cuantificar el efecto del presupuesto sobre la demanda de la economía.
· El gasto interno neto, permite determinar el gasto público financiado con recursos externos.
· El producto interno bruto del sector público, como valor agregado a la producción de los respectivos niveles institucionales e instrumento de medida de los efectos de la actividad productiva pública.

Si bien es cierto todo esto, también podemos decir que el conocimiento de estos contenidos es todavía inicial, hay por delante un arduo camino de investigación y de generación de información capaz de servir de apoyo a la nueva planificación.

Shirley Corina Torres Bernal
CI. N° 13.967.517