viernes, 24 de octubre de 2008

Planificación y el Presupuesto como herramientas de desarrollo dentro la actividad de la Administración Pública

Por Graciela Fuenmayor C.I 17.259.092

La Planificación y el Presupuesto como herramientas de desarrollo dentro la actividad de la Administración Pública.

La Planificación, es definida por muchos autores, como un camino sistemático, continuo, en un determinando periodo de tiempo, realizado por el hombre sobre cualquier actividad de su vida, que permite conocer una realidad en su totalidad, e idear a partir de ella un cambio deseado, estableciendo los mecanismos necesarios para alcanzarlo.

A tal efecto, de la anterior definición se deduce que la planificación no define el fin o el estado deseado sino que determina como se deberá trabajar o que caminos recorrer para llegar a él,

En consecuencia, se establece como una de las características que deben acompañar a la planificación, la continuidad de las acciones, encaminadas a producir el cambio, en un lapso de tiempo necesario para ocasionarlo. Del mismo modo este conjunto de acciones deben ser flexibles, por cuanto la planificación trata de imponer el modelo metal de la realidad deseada, a hechos que no siempre pueden ser racionalizados, controlados; por lo cual es necesario que las estrategias empleadas, se adapten a los nuevos escenarios, que se irán generando durante su puesta en marcha del plan.

En el mismo orden de ideas, otra de estas características esenciales de la planificación, parte de la idea concreta, de que al planificar, debemos partir de la observación de una realidad especifica, sobre el cual se pueda iniciar la elaboración de los objetivos coherentes para producir la transformación de esta; y uno de los factores vitales para el conocimiento de esta realidad, el desarrollo de los objetivos y las estrategias a seguir, es través de la participación de los diferentes actores que converge en la creación del plan, y los sujetos a quien se les aplacará el mismo; siendo en este caso, la comunicación la estrategia idónea para producción de ideas, a través de la dialéctica en ese debate de idea de distintos los actores; flexibilizando las estrategias planteadas, a la realidad observada, para así cumplir los objetivos de cambios, mas que el cumplimiento rígido del plan inicialmente establecido.


Es por ello, que cuando se emplea la planificación dentro de la gestión de la Administración Pública, como herramienta para la creación de planes como mecanismos para generar políticas publicas, que resuelvan los problemas existentes en una colectividad, se debe tomar en cuenta, que su producción deben ser producto de la participación, dialéctica, comunicación, y debate de los distintos actores, involucrando a las distintas instancias, bien sea a nivel nacional, estadal, municipal, parroquial y comunal, según sea el caso; manteniendo un proceso continuo y sistemático de análisis y discusión para seleccionar una dirección que guíe el cambio y q ha de adoptarse con la finalidad de alcanzar una situación deseada, cumpliendo con el fin que no es mas que generar políticas públicas efectivas y eficientes.

La planificación de acuerdo a los fines que esta persigue, puede clasificarse como pública, y la misma se inserta en la administración pública, para colaborar con el proceso de desarrollo, producto de la relación entre grupos humanos donde los actores principales son el político, los técnicos, la burocracia y los grupos sociales organizados quienes generalmente van dirigidos los procesos generados a través de la planificación publica.

En este sentido, la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela de 1999, en su articulo Artículo 299, plantea que el Estado conjuntamente con la iniciativa privada promoverá el desarrollo armónico de la economía nacional con el fin de generar fuentes de trabajo, alto valor agregado nacional, elevar el nivel de vida de la población, así como fortalecer la soberanía económica del país, garantizando la seguridad jurídica, solidez, dinamismo, permanencia y equidad del crecimiento de la economía, para lograr una justa distribución de la riqueza, a través de una planificación estratégica, democrática participativa y de consulta abierta.

De allí nos surge la interrogante sobre: ¿a que ser refiere la Carta Magna Vigente cuando establece una planificación estratégica, democrática participativa, y de consulta abierta?

En primer termino, se entiende por planificación estratégica: “es un proceso mediante el cual se prevé lograr situaciones objetivas, determinando el poder y la potencialidad de los actores que actúan en escenarios cambiantes, con tiempo críticos y siempre bajo condiciones de incertidumbre” (Corredor 2001,p. 36)

A tal efecto, para su implementación, se parte del supuesto: donde el sistema social está compuesto por hombres que tienen su propia escala de valores y establecen lo que conveniente e inconveniente, bueno o malo como objetivo a alcanzar.

En la planificación estratégica se observa, que no existe un monopolio en cuanto a la elaboración del plan, sino coexisten varios planes, algunos coincidentes, otros posibles de concertar y algunos en competencia. Destacando así la importancia de la política y la intervención de los diferentes actores sociales, para el éxito de dichos planes, en el logro de objetivos.

Debido a que es vital, para alcanzar los objetivos propuestos la confluencia de las decisiones de los diferentes actores sociales que, de una u otra forma, están interesados o implicados. El sujeto planificador “está dentro” de la realidad y coexiste con otros “actores” sociales. Procurando conciliar el conflicto y el consenso como dos factores actuantes en los procesos sociales y que condicionan la realización del plan.

Entre los pasos a seguir para desarrollar una planificación estratégica se destacan:

En primer lugar, la Construcción del escenario, radica en la representación de los aspectos esenciales y claves de la actividad actual: es el diagnóstico de las situaciones, lo que esta ocurriendo, observación en forma analítica de los distintos escenarios, tomando en cuenta las variables que se puedan presentar, y una evaluación a los actores que inciden en ella (actor, grupo, asociación, estado), sus capacidades y deficiencias.

En segundo termino, tenemos lo que se denominado como la Previsión del futuro, que viene a constituir el pronóstico, el conjunto de tendencias observadas en cada situación del escenario y formalizadas en razonamientos hipotéticos, formaliza lo que puede ocurrir, establece líneas próximas a los procesos esperados, e idear la posible variedad de los cambios y estima plazos de ocurrencia.

En tercer lugar, esta el Diseño de objetivos, definidos como aquellas metas que se pretenden alcanzar, para cambiar esa realidad previamente observada.

Luego encontramos, la Formulación de planes, creación de aquellos modelos representativo de las acciones prácticas que se han decidido poner en ejecución.

Y por ultimo, esta Seguimiento, control y evaluación, que no es otra cosa que el seguimiento como la información de retorno que facilita la corrección del sistema en cualquier punto o momento que sea necesario. Se dice que no puede existir control de gestión, si previamente no se ha trabajado en los procesos de planificación y presupuesto, de allí la importancia de la participación de los distintos actores en la el desarrollo de la misma.

Hay autores que mencionan que este seguimiento, control y evaluación, en la planificación estratégica, permite comprobar los distintos aspectos o actividades de la gestión que va desde la solicitud y gestión de los recursos, pasando por los proceso, hasta llegar a los resultados, con un fundamental propósito, que es corregir previamente las desviaciones existentes. Zambrano A. (2006)

En este sentido, cuando constatamos, lo establecido en nuestra Constitución vigente, en comparación con los planes desarrollados sobre todo por el gobierno nacional (Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013), tenemos que hacer mención, lastimosamente, que apestar de la planificación estratégica establecida en nuestra norma fundamental, como una herramienta idónea para elaborar planes que impulsen el desarrollo del país en los distintos ámbitos, el tipo de planificación implementada, se prevé como una forma de ver el futuro mediante una norma que debe cumplirse sin considerar oposiciones o fuerzas contrarias a esa norma, ubicando al sujeto planificador fuera de la realidad, considerándola como objeto un programable.

Teniendo de esta forma el sujeto que planifica el monopolio del plan, creyendo en la idea firme, de que es el planificador quien tiene capacidad de controlar la realidad, sin tomar en cuenta que esta va dirigida a individuos, con valores, opiniones propias, con visiones subjetivas y distinta de la realidad, lo cual constituyen escenarios sociales imperantes, cambiantes, para nada rígidos, que no siempre se podrán contralor, encasillar, y mucho menos pretender que estas realidades sean adaptadas a los planes creados. Cuando lo ideal seria, que dichos planes sean flexibilizados a los distintos escenarios que se puedan presentar, para el logro de objetivos.

Esta incoherencia constante entre la realidad mental soñada por el planificador, y la realidad social existente en cada región del país, que en muchos caso difiere una de la otra, constituye el rotundo fracaso de las políticas publicas, planes implementados por el gobierno nacional, en los distintos secotes; ya que desde el inicio del uso de la planificación como herramienta para lograr el desarrollo productivo del estado, lo hacen en primer lugar de espalda a la realidad existente, ya que muchas veces el planificador se encuentra ubicado en la ciudad capital del país, ideado planes, imaginando escenarios divagados, sin conocer previamente la realidad existente, sobre todo en lo que se refiere aquellos planes que deben ponerse en practica en el interior del país, ya que muchas veces ellos ni siquiera conocen esas regiones; y en segundo lugar, la no existencia de la participación activa de los distintos actores que integran esas realidades, en las diferentes etapas de la planificación, lo cual constituye otra de las piezas claves de su fracaso.

Por otra parte, tocando otro punto, muy ligado a la planificación, es el Presupuesto, que es un documento jurídico contable, que detalla los recursos y los gastos totales del Estado en un periodo limitado, y que tiene propiamente la categoría de ley (Benvenuto 1989).

En consecuencia, el presupuesto no es más que el espejo que refleja en cifras cuantificables, los recursos económicos, financieros, y humanos, necesarios para poner en marcha las herramientas ideadas a través de la planificación para el logro de los objetivos planteados.

Según lo establecido por Cardoba J. (1997) El control presupuestario, es un proceso que permite evaluar la actuación y el rendimiento o resultado obtenido en cada centro; para ello se establecen las comparaciones entre las realizaciones y los objetivos iniciales recogidos en los presupuestos, a las que suele denominarse variaciones o desviaciones.

El presupuesto debe carecer de rigidez que impida que se constituyan en un elemento eficaz de administración, gobierno y planificación. Se debe dotar a los niveles administrativos del poder suficiente para modificar los medios en provecho de los fines prioritarios del estado.

Otro aspecto importante, que debe acompañar la ejecución de ese presupuesto, es que los recursos asignados en el, para un fin deben ser invertidos exclusivamente en ese fin estipulado. Y una de las formar de comprobar que se principio de cumpla es través de la publicidad, en las diversas fases del presupuesto, se verifiquen en público, de modo que la colectividad tenga la posibilidad de entender la administración financiera del Estado.

El fundamento constitucional a la transparencia en la creación de los presupuestos, su ejecución, y control, tiene fundamento en el Artículo 66 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el cual estipula: Los electores y electoras tienen derecho a que sus representantes rindan cuentas públicas, transparentes y periódicas sobre su gestión, de acuerdo con el programa presentado

Así mismo, Ley Contra la Corrupción en el Artículo 12, menciona: que los particulares y las organizaciones de la sociedad tienen derecho a participar en la formulación, evaluación y ejecución presupuestaria de acuerdo con el nivel político territorial correspondiente, de conformidad con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la ley.

El cabal cumplimento, respeto y aplicación de los artículos antes mencionado, por parte de los nuestros gobernantes, y la sociedad civil en general, en la vida diaria del venezolano traería como consecuencias muy positivas, como los son: una mejora en la transparencia de la gestión y la efectividad del gasto público; Impulsaría la participación ciudadana para la toma de decisiones, la asignación y el control del uso de los recursos públicos; y lo que se traduce en una mayor responsabilidad de los funcionarios y dirigentes políticos en el ejercicio de sus funciones, sobre todo en el manejo de los recursos del estado, creando una cultura democrática en la población y que fortalezca el tejido social.

Todo ello, mediante la visión global del plan establecido, conjuntamente con el presupuesto que cuantifique los recursos económicos para el logro de los fines, y las obras ejecutadas en la realidad, pudiendo medir la efectividad de esas estregáis deducidas a través del proceso de planificación, y verificar al contrastar el plan, con el presupuesto, y lo ejecutado, si ese es el camino idóneo a seguir para lograr el cambio deseado, ya que los planificado, lo presupuestado, y lo ejecutado, debería ser coincidir en practica,

Visón que no puede ser aplicada únicamente por el planificador como técnico, o por el político, en forma asilada de la sociedad civil en general, ya que se necesita de la dialéctica entre estos agentes para producir, modificar y controlar las estrategias adoptas para el logro de los objetivos, por que de lo contrario, se convertirá en el fin el cumplimento del plan como ley, y no como un medio para llegar al fin, como lastimosamente observamos a diario, en los planes ejecutados por el estado venezolano, donde los planes estratégicos de la nación establecen una cosa, los presupuestos que se establecen prevén los recursos económicos para cumplir el plan, y los proyectos ejecutados en la practica no concuerdan con lo planificado y los recursos económicos destinados para materializarlo.






No hay comentarios: