martes, 21 de octubre de 2008

Planificación y Presupuesto

PLANIFICACIÓN Y PRESUPUESTO
La planificación y el presupuesto, vinculadas e integradas entre si y de igual forma integradas y relacionadas con las demás disciplinas del saber humano, requieren de cierto grado de conciencia o conocimiento minino para la práctica de sus técnicas en el desarrollo de todas las actividades del ser humano a lo largo de su existencia. Ambas áreas, con suficiente basamento teórico, tanto a su favor como en su contra, son imprescindibles y necesarias en cualquier actuación de las personas, tanto naturales como jurídicas, ya sean estas públicas o privadas, de diferentes niveles territoriales de gobierno, con o sin fines de lucro, con tendencias políticas socialistas o capitalistas, de igual forma se apoyan en la planificación y el presupuesto, sea cual fuere su orientación o el tipo de organización.
La planificación como política de estado, tiene el respaldo jurídico suficiente en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), en donde se establece como competencia de la Asamblea Nacional aprobar las líneas generales del plan de desarrollo económico y social de la Nación (Art. 187, 8 CRBV), de igual forma la Constitución Nacional instituye “una planificación estratégica democrática, participativa y de consulta abierta” para hacer realidad los principios de justicia social, eficiencia, democracia, libre competencia e iniciativa, ente otros (Art. 299 CRBV). En cuanto a la legislación desarrollada para regular y orientar la planificación se estableció una Ley Orgánica de Planificación en el año 2001; se menciona lo que se tiene ahora como normativa, no porque no haya existido regulación en el pasado para esta actividad, sino porque no es una reseña histórica lo que se quiere hacer sobre este campo. Recientemente se dictó una nueva Ley Orgánica de Creación de la Comisión Central de Planificación, muy criticada por los entendidos de la materia, por violar principios constitucionales de participación ciudadana, consulta pública y consulta a los entes Estadales en la elaboración de las leyes y en especial en la creación de la ley en referencia, también, se da al traste con los principios de descentralización al fijar los lineamientos de obligatorio cumplimiento para las Administraciones Públicas de los Estados y Municipios, promoviéndose el centralismo, de igual forma se violenta la libertad económica; en dicha ley se desarrolla un sistema económico socialista incompatible con el sistema económico constitucional, se obliga a suministrar información a los particulares y se establecen multas onerosas para las personas naturales que se nieguen a dar información, conculcándose la libertad individual.
La Ley Orgánica de Creación de la Comisión Central de Planificación no deja de lado la planificación estratégica internacional (Art.3 y 5), al respecto establece lineamientos orientados a fortalecer un mundo pluripolar y la integración de las naciones suramericanas en el marco del ALBA bajo los valores de solidaridad, cooperación y complementariedad entre los pueblos. En la política internacional el Gobierno Venezolano ha sido constante y consecuente en apoyar y conformar un mundo multipolar, sobre ello se orientan las líneas estratégicas del Plan para el Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007 y 2007-2013.
En cuanto a la planificación, no hay duda de la importancia para cualquier actividad por desarrollarse, tanto en lo particular como en las políticas públicas, no obstante, se ha querido centralizar en un sistema cerrado, bajo una óptica única, sin dejar espacios a los a los Estados y Municipios para su propia planificación de acuerdo a sus realidades, rompe con la descentralización y con todo pluralismo. En este nuevo marco de rigidez jurídico, en donde se crea la Comisión Central de Planificación se puede reavivar y acentuar viejas críticas a la planificación, en donde se dice que la planificación genera barreras psicológicas, liquida la iniciativa, prórroga las acciones y puede ser utilizada por los planificadores de turno para exagerar en torno a ella, plasmando situaciones fuera de la realidad práctica y el contexto constitucional.
La planificación bajo el enfoque centralista traerá como consecuencia la concentración de todo el proceso de determinar no sólo los objetivos, sino, también, todos los recursos humanos, materiales, económicos, tecnológicos, entre otros, para los entes u organismos, asimismo, será centralizado el tipo de organización requerida y los sistemas de control para vigilarla la planificación bajo una sola visión que pudiera ser sesgada.
La planificación debe tener una orientación integral, multidisciplinaria, en donde se reúnan diversos criterios, porque ante una misma situación las visiones son diferentes, por ejemplo para un jurista lo importante es que se cumpla la normativa vigente de planificación, para un economista la urgencia es la satisfacción de necesidades con recursos escasos, para el sociólogo lo primordial es en componente social y para quienes va dirigida la planificación como solución de problemas, también, verían la solución distinta a los precedentes visionarios, por lo que a todos debe llegar la consulta en aras de cumplir con el mandato constitucional, de que la planificación es participativa, democrática y de consulta abierta.
Ahora bien, retomando la idea de vínculo entre la planificación y el presupuesto expresada al inicio de este artículo, corresponde ahora desarrollar teóricamente el presupuesto. El presupuesto como elemento de las finanzas públicas es un plan de gobierno y la expresión de un esquema político exhibido en un actuar futuro. El presupuesto, al igual que la planificación, es regulado por principios constitucionales y por la legislación ordinaria, al respecto se tiene la Ley Orgánica de Administración Financiera del Sector Público (LOAFSP) en donde se establece que el presupuesto es por programas, comprende todos los ingresos y todos los gastos, así como las operaciones de financiamiento para el correspondiente ejercicio económico financiero, de igual forma, la LOAFSP establece que los presupuestos expresan los planes nacionales, regionales y locales, elaborados dentro de las líneas generales del plan de desarrollo económico y social de la nación aprobadas por la Asamblea Nacional y del marco plurianual del presupuesto.
En este orden de ideas, los presupuestos tiene sus principios como guías para la acción en la elaboración de los mismos, como: el equilibrio fiscal, la programación, la universalidad, la periodicidad, la flexibilidad, la continuidad, la claridad, la publicidad, entre otros principios. Con respecto al principio de universalidad, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela haciendo alusión a este principio, establece que no se hará ningún tipo de gasto que no haya sido previsto en la Ley de Presupuesto (Art. 314 CRBV). Se hace mención al principio de la universalidad del presupuesto, porque, en años recientes se han desviado recursos a fondos como el Fonden y lo que es peor aún, se han gastado ingentes cantidades de dinero público de este fondo sin control presupuestario alguno; funcionando el fondo en referencia, como un presupuesto paralelo al presupuesto aprobado mediante Ley por la Asamblea Nacional. Lo que constituye una violación a la Constitución Nacional.
Siendo el presupuesto anual “la expresión de un esquema político”, ahora con un ingrediente adicional de crisis económica iniciada en los Estados Unidos de América y afectando el resto de las economías a nivel mundial, incluida la economía venezolana, traerá efectos que el Gobierno Nacional no ha reconocido directamente, pero si de forma indirecta, por lo que ahora el Gobierno Nacional habla de un ajuste fiscal, comenzando por la orden del Presidente de la República, quien pidió recortar las partidas de sueldos de los altos funcionario del Gobierno, junto a la declaración del Ministro de Economía y Finanzas, quien al referirse al plan fiscal de 2009, anuncio que habrá recortes, especialmente en los gastos de vehículos, celulares y festejos. Sin embargo la Oficina Nacional de Presupuesto indica que la reducción en las partidas de altos sueldos tocan montos que se calculan en no mas de tres millardos de bolívares fuertes, lo que apenas representa el 1,8% del gasto público del próximo año, que es de mas de 170 millardos de bolívares fuertes, adicionalmente la eliminación de partidas asociadas a gastos administrativos apenas abarcaría un 5% del proyecto presupuestario. A pesar de los ajustes en mención, el presupuesto aumento aproximadamente un 25% al pasar de 137,5 millardos a mas de 170 millardos de bolívares fuertes, en estos ajustes presupuestarios, tampoco, se prevé una devaluación del tipo de cambio, de igual forma no se muestra un aumento en la tasa del 9% del impuesto al valor agregado, ni el regreso del impuesto a las transacciones financieras; básicamente se repite la misma receta de años anteriores de pedirle mas eficiencia al Seniat para reducir la evasión tributaria.
Los pronósticos de los economistas se inclinan en señalar que medidas de ajustes como el tipo de cambio o nuevos impuestos no aparecerán en el presupuesto del año 2009 pero forman parte de un escenario paralelo, disponible por el Ejecutivo Nacional como carta bajo la manga. No debe de extrañar que ante la caída del precio del petróleo el Ejecutivo Nacional decida otra vez aumentar la tasa del IVA y cobrar el IDB.
Ante este panorama de crisis económica que se reflejará en el presupuesto nacional del año 2009, es oportuno preguntarse si la corrupción administrativa seguirá a paso de vencedores sin que Contraloría alguna se atreva a sancionarlo o sin que Defensoría del Pueblo y Fiscalía del Ministerio Público de verdad defienda los derechos humanos de los particulares, que somos todos. Será que en estos recortes al presupuesto, el ciudadano Presidente de todos los venezolanos podrá recortar la gastadera en viajes y numerosas comitivas internacionales en promoción a un mundo multipolar.
El ajuste presupuestario reducirá el apoyo a un mundo pluripolar para pretender cambiar el orden internacional en el continente Americano y en el Mundo, se podrá dejar de seguir invirtiendo grandes cantidades de dinero público venezolano en esa tendencia.
Se recortará las colosales sumas de dinero para viviendas, vialidad, infraestructura y hasta en servicios públicos en países Centroamericanos y del Caribe, con la ambición internacional de construir un imperio manipulador e interventor igual o superior al de los Estados Unidos.
Con las podas presupuestarios se dejará de gastar enormes cantidades dinero fuera de la nación venezolana, que menguan las posibilidades de desarrollo de la educación, seguridad social, seguridad pública, empleo, vivienda, servicios básicos de calidad, incremento de la infraestructura y en desarrollo humano y social de todos los venezolanos, todo este sacrificio por construir el Equilibrio Internacional y la Multipolaridad a costa del dinero de todos los venezolanos.
Con los recortes presupuestarios, aunado a la crisis económica de Estados Unidos y el furor por encontrar nuevas fuentes de energía, en donde progresivamente se desprendan de la dependencia del petróleo, a Venezuela no le queda otro camino que invertir en infraestructura petrolera y competir por los mercados internacionales del petróleo; dejando de lado los convenios energéticos desfavorables para la Nación Venezolana, en donde no se recibe pago ni constante, ni sonante. Hay que competir por el mercado petrolero, por la sencilla razón de que Venezuela no es el único país productor y hay muchos más países que están en el mismo negocio del petróleo, a demás, es el principal producto de exportación y generador de divisar que alimenta a una economía de puertos, importadora por excelencia, en donde se olvido por completo la frase celebre del escritor venezolano Arturo Uslar Pietri de “sembrar el petróleo”. Se han dejado pasar las oportunidades más excelentes con la bonanza petrolera, no solo ahora, en estos últimos diez años, sino en el pasado también ha sucedido lo mismo, no se ha aprendido la lección por los gobiernos de turno.
En conclusión, la planificación y el presupuesto dos herramientas de urgente aplicación para la transformación social de la nación. Con estos instrumentos se puede lograr el sueño de todos los venezolanos plasmados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela: de ser un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, de organizarse en una patria libre y soberana, de constituirse en una sociedad democrática, participativa con valores de la libertad, igualdad, justicia, pluralismo político, independencia, paz, solidaridad, bien común, que aseguren el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación alguna. De ser una sociedad promueva la cooperación pacífica entre las naciones de acuerdo con el principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos y la garantía universal e indivisible de los derechos humanos y que las instituciones públicas, privadas y pueblo en general trabaje incansablemente a nivel internacional por el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad
Jovino Dugarte

1 comentario:

Marly Yamilet Benitez Zambrano dijo...

Excelente trabajo Jovino. Un ensayo amerita la opinión del autor y en este se observa mucho de lo que piensas.